Aprietan pero no ahorcan

Ay Reinaldo,

Yo no sé si será su Marte exaltado en Capricornio en trígono a mi Venus en Tauro, o si serán los regentes del signo de nuestras Lunas en recepción mutua, pero más lo conozco y más crece mi deseo de acercarme a Usted con otras intenciones. Quizás sea su Sol en conjunción partil sobre la cúspide de mi casa 7 en Escorpio, la verdad que no lo sé aun.

Tanta Tierra en nuestras cartas, Reinaldo, ¡cuánta sensualidad! Quisiera más no fuera que nuestra carta compuesta tuviera un poco más de Aire que nos permita de disfrutar de una buena charla, pero no… y para peor su Mercurio retrógrado está realmente afligido y el mío peregrino y en caída, no ayudan en nada. No abrigo esperanzas, le confieso. Debe ser mi Saturno en Capricornio que ahuyenta mis ensoñamientos.

No sé qué le parecería a Usted si le propongo encontrarnos a explorar nuestros mapas natales en la calidez de mi hogar.

Aguardo su respuesta,

Yolanda

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Estimada Yolanda,

Me temo que vemos las cosas de forma muy diferente, a tal punto que me pregunto si Usted tiene certeza de haber estudiado detenidamente nuestros temas natales o ha mirado en otra dirección. Donde Usted ve unicornios, yo solo puedo ver dragones. Hay numerosas alarmas de lo que podría resultar de nuestro encuentro en los términos que Usted propone. En primer lugar, su Venus progresado ya ha abandonado su plácido signo natal y se encuentra ya en el húmedo signo del Cangrejo, de modo que la irreverencia de mi Marte progresado en Acuario no creo que le agrade mucho.

Además, advierto que no ha prestado la suficiente atención a los ciclos de los planetas transpersonales en relación a su propio Ascendente: se encuentran todos ellos dispersos en el 4º cuadrante de su carta. Sería mejor que intentara aplacar su desasosiego por otros medios y no aventurándose en un affaire incendiario y fugaz con mi persona. Destaco también el Yod y la Gran T cuadrada que tienen a Eris como punto focal. Eso por sí solo bastaría para disuadirnos.

De todos modos, llámeme imprudente, llámeme incorregible, me encantaría agasajarla a Usted, a su ilustre Venus y a la mayoría de nuestros astros, tan bien que armonizan en sinastría, como merece.

Permítame recibirla, si le parece bien esta noche, sin que incómodas efemérides se interpongan entre su deseo y el mío.

Como dice El Maestro: las estrellas aprietan pero no ahorcan.

Afectuosamente,

Reinaldo